Melancolía es el apocalipsis más hermoso. Una película provocadora, innovador, de esas que te descolocan de la rutina; que después de verlas uno tarda un poco en regresar a la normalidad porque tu mente sigue buscando explicaciones, recordando imágenes, encontrándote dentro de la misma trama.
La historia es bastante sencilla, una película contada en dos partes que corresponden a dos hermanas y sus percepciones subjetivas del mismo suceso: El planeta melancolía se está acercando a la tierra y amenaza con colisionar. La tierra contra melancolía, morir estrellado por la melancolía. Brillante planteamiento que nos hace analizar el director (Lars Von Trier) que además escoge un nombre (para un film ) que atrapa, que inquieta.
Desde ahí te das cuenta que la película está realmente bien elaborada, y luego te captura un inicio con bellísimas imágenes acompañadas de música exquisita, siguiendo con esas atmosferas irreales que se mezcla todo el tiempo con la realidad, iluminación y trabajo de cámara que hacen ver espacios naturales doblemente embellecidos y una escena final maravillosa.
Eso es melancolía, pero es una melancolía bella, la más bella. Un viaje a donde la tristeza y la belleza son una sola.
