Una foto bonitaUn atardecer hermosoUna bailaítaTu cadenita de oroEstuvimos tan cerquitaMirándono a los ojo'Dime si vistes la penaDe mi corazón roto
Nos comimos delicioso. Sin prisas, sin tiempo y sin dudas.
Escuchamos los vinilos, una bailadita y un roncito.
Andar desnudos por la casa.
La lámpara de tu habitación.
El sonido del ventilador .
La intimidad es sublime pero una burbuja con tiempo de caducidad...
¿Cuántos cadáveres emocionales más se necesitan para satisfacer la sed de validación de una persona?
Ha sido un fin de semana intenso. Aun me siento un poco desgastada.
Sin embargo hay 2 estampas que se repiten en mi memoria :
1. La neblina sanadora entrando a refrescar la habitación, habitación que huele a lágrimas y redención.
2. Despertar desayunándonos con el sol saliendo detrás de los árboles iluminando todas las dudas y las certezas presentes.
Nos deseo amor suficiente.
Nos deseo paz.
Nos deseo franqueza.
“Haberte vaciado por entero de vos mismo, porque no solo has descargado lo que sabes de vos sino también lo que sospechás y suponés, así como tus estremecimientos, tus fantasmas, tu vida inconsciente. Y haberlo hecho con sostenida fatiga y tensión, con cautela y temblor con descubrimiento y fracasos”
( Querido y remoto muchacho ; Abaddón, el Exterminador - Ernesto Sábato)
Ha sido un alivio poder verbalizar todo lo que llevo años sin decir.