“El deseo es un vaso de infinita amargura,
un pulpo de tentáculos insaciables,
que al par que se cortan,
renacen para nuestra tortura.”
(Renunciación - de Amado Nervo)
La libertad amenazada,
la respiración agitada,
otro ataque de ansiedad,
otra pena,
otra lagrima,
otra duda.
Respirar como se pueda para no ahogarse.
Otro tentáculo alcanzando mi cintura.
Otra adherencia viscosa arrastrándome cada vez más profundo.
Las criaturas a veces llaman la atención
y ahí estaba el molusco brillando,
ahí estaba
el ojo pequeño y curioso observando(me).
Me basto acércame un poco y sus ventosas empezaron a absorberme.
Al inicio fue una envoltura tierna,
como explorando con curiosidad.
Luego los tentáculos se adhería a mi cuerpo con una violenta viscosidad de molusco.
Cada “abrazo” me iba envolviendo,
girando,
mareando,
girando,
inmovilizando,
succionando...
Y ahí estaba,
envuelta entre tentáculos,
siento apenas un par de espasmos exasperantes intentando dar alguna muestra de vida.
Era inútil gritar mi desprecio en ese momento.
Era inútil imponerme,
estaba demasiado débil para lograr liberarme...
Te abrazo a la distancia aunque eso no sirva de mucho.
ResponderEliminar