De repente se me antoja que existas
Se me antoja perderme en tus ojos de ébano,
En tu limpia sonrisa
En la tibieza de tus manos.
Se me antoja
Un cielo con estrellas de diamantes,
Un mar de jade
Y un río de paz…
De repente se me antoja olvidarme,
Extinguirme, volar y desaparecer.
Y juego con mis manos solitarias,
Seduzco la oscuridad de mi sombra y
Al remolino de mis pensamientos…
De repente se me antoja
Ser paloma, ser consuelo,
Ser un haz de luz…
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