lunes, 21 de mayo de 2012

Tango Opresivo

El liguero de mamá le deja marcas profundas en la cintura y le encabalga 
el estómago sobre el bajo vientre encorsetado. 
El liguero de mamá es de damasco azul claro con tulipanes descoloridos… 
Papá pega sus muslos contra una nube de damasco mientras baila un tango opresivo.” 

(Paráfrasis “En tierras Bajas” Herta Müller)


Siempre me ha encantado el tango.
El arte infinito de la seducción, del dolor, de la pasión.
El ir muslo a muslo, el bailar un orgasmo, de esa sensualidad…




Pero NADA, se compara con bailar  al ritmo de esto 



Huyo de las palabras porque solo son memoria.


En cambio mi silencio atrae como miel a las moscas 
(Alejandro Jodoroswky ) 

viernes, 4 de mayo de 2012

Tekkonkinkreet


"¿Qué es lo que tiene le fuego?
Parece tan calmo y pacifico, 
pero por dentro desborda de poder y destrucción.

Oculta algo al igual que todo el mundo.

A veces debes acercarte para descubrir que hay en su interior, 
aveces debes quemarte para vislumbrar la verdad.... "




Se feliz, Se feliz!!!

Frío dentro y fuera de mi

El frío me despertó una noche de total verano. La sabana que tenia sobre mi no era suficiente para el clima que calaba en mis huesos. Con los ojos cerrados buscaba a mi alrededor esa cobija de lana que me había regalado una tarde mí abuela y me envolví para dormitar nuevamente a pesar que los primeros rayos del sol ya bailaban sobre mi ventana.


Intentaba conciliar el sueño cuando de pronto sentí una suave y fría caricia sobre mi mejilla. Abrí los ojos, no había nadie. Pase la mano sobre mi mejilla y sentí una especie de gota fresca; no le tome importancia y cerré nuevamente la mirada.
Al instante sentí nuevamente otro toquecito sobre mi hombro desnudo, era una sensación igualmente delicada y fría.
Nuevamente abrí mis ojos y me gire sobre la cama.

Lo que mis ojos veían no lo podían creer: ¡Estaba nevando dentro de mi habitación! ¡Sí, nevando... y en pleno verano... y dentro de mi habitación! ¡Lo juro!

Me frote los ojos pues no lo podía creer, debo de estar soñando- pensé -, me senté en la cama y puse suavemente mis pies sobre la blanca capa que había en lugar de piso.
La habitación cada vez se llenaba más de la luz del sol, a tal punto que el color crema de las paredes se veía mucho más claro.

Yo observaba idiotizada la surreal escena, y estaba tan absorta en observar mi alrededor que olvide por completo el frío de mi cuerpo hasta que sentí como los copos de nieve iban delicadamente callendo sobre mi cabeza, mi rostro, mis manos, mis piernas desnudas, mi cama.

Con la yema de los dedos comencé a tocar las pequeñas motas de nieve, eran como una especia de nieve seca, al contrario de lo que esperaba no había humedecido nada a su alrededor. Jugué un poco con algunos copos al tiempo que no lo podía creer.

A los minutos el frío me hizo caer en cuenta nuevamente sobre lo q estaba sucediendo, así que busque en el armario unos pantalones y alguna chaqueta que pudiera utilizar.
Me vestí despacio, como apreciando la sensación de tibieza que ahora proporcionaban sobre mi piel aquellas telas, me calce y salí de la habitación.


Con asombro contemple que afuera de ella estaba igualmente blanco y con pequeños copos bailando en el aire... Decidí repasar cada una de las secciones de mi casa muy lentamente, observandolas como que si fueran la primera vez que las contemplaba; el pasillo que da de mi habitación hacia las escaleras, el cuadro de suzhou que hay frente a la habitación de mis padres, la lampara del pasillo, las fotos familiares sobre la pequeña mesa, etc.

Baje lentamente las escaleras, acariciando el frío pasamanos y esquivando los copos de nieve de las gradas, Y me quede ahí, viendo desde lo alto el espectáculo de nieve en la sala. Era hermoso, extraño pero hermoso...


Termine de bajar las escaleras y de recorrer la sala y comedor de la casa, por lo que me encamine a la puerta principal.
La manecilla estaba fría, la gire y abrí la puerta; la luz del sol se apodero de mí calentándome delicadamente el rostro (al igual que una caricia que me regalo la brisa), afuera el clima era totalmente diferente, el cielo azul, la brisa que susurraba entre los árboles, las flores, etc. rápidamente dedique una vista al interior de mi casa y sonreí.


Me deshice de la chaqueta y salí- como quién renace- a sentarme al porche de la casa con la firme sensación de quedarme ahí a simplemente observar el día mienras el frìo dentro de mì se desvanecía.