lunes, 3 de octubre de 2016

Siddharta


“Bello y gozoso es el caminar por este mundo, de manera tan infantil,
tan despierta, tan abierta a lo cercano, tan confiada.”
(Siddartha)

Siddartha llego a mis manos justo cuando lo necesitaba. Llego a iluminar, a confrontar y sobre todo redefinir.

Me paso algo “mágico” al ir leyéndolo, pues a medida que avanzaba en la lectura (¿casualmente?) me iban sucediendo situaciones sumamente similares a las que el protagonista estaba experimentando: preguntas, dudas, certezas, desapegos, encuentros, etc.



Siddharta es una novela filosófica, escrita en 1922 por el alemán Herman Hesse. La historia está ambientada en la india y relata la vida de un hombre hindú que decide ser un samana, y que  posee una ansiedad por el encuentro de lo esencial y cuyo fin es alcanzar la sabiduría y el nirvana. Durante esta búsqueda, Siddharta va aprendiendo sobre la importancia de la meditación, aprende sobre el amor, la sensualidad, la amistad, la introspección, los negocios, la vanidad, la divinidad de las cosas, etc.

¡Ha sido un enorme regalo este libro! No se puede regresar igual después de peregrinar junto a Siddharta.


Ciertos libros duelen terminarlos, incluso más  que algunas relaciones. Este ha sido uno de ellos.




“¿Alguna vez un saman o un brahmán ha temido que alguien 
le pudiera robar su sabiduría , su devoción o su profundidad de pensamiento? 
¡No! Pues es suyo (…) Aprende también esto: 
el amor se puede suplicar, comprar, recibir como obsequio, encontrar en la calle 
¡Pero no se puede robar!”