viernes, 10 de abril de 2020

Habitada

Me desperté humeante, 
 sintiéndome cercana al mundo 
con manantiales recorriendo las venas de mi cuerpo 
y su extensión como cafetos envueltos en bruma. 
 Las manos extendidas como raíces, 
 abrir de pétalos los ojos, 
 y un estremecimiento de hojas. 

 "Tu alma es el mundo entero" 
 (se repetía en mi mente como mantra) 
 y me sentí con mucha paz.


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