jueves, 7 de abril de 2011

Las promesas tiene fecha de caducidad

La primera vez que me rompieron una promesa fue cuando tenía 4 años, aun lo recuerdo, Una señora me prometió una muñeca, "de las grandes" para "el próximo domingo", la niña de 4 años esperó con entusiasmo por meses (bueno, por años porque aun la espero) la mentada muñeca que nunca llego.

Hoy sigo sintiéndome (o siendo) como esa niña ingenua que se pregunta ¿porque las personas olvidan lo que han dicho? Sigo esperando cosas, que como esa muñeca, nunca llegaran.

- unas flores de azafrán
-una tarjeta navideña
- un dibujo
- una canción y
- un "siempre estaré ahí"...

La verdad es que a lo largo de mi vida las personas ya me han faltado a su palabra, pero por alguna razón, el quiebre de algunas promesas duele más que el de otras... Y entender esto cuesta un poco más.

Sea como sea, hoy entiendo que las personas lo seguirán haciendo - ya que hoy que lo pienso, yo también lo he hecho- , y esto me permite no ser tan ingenua, tan ciega, tan crédula, a las palabras de las personas, porque como dicen por ahí "se las lleva el viento" ...

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