lunes, 12 de mayo de 2014

Lo que las bestias no te han dicho



Llegue a esta película (“Beasts of the Southern Wild“) por pura casualidad, porque algunos amigos la iban a pasar y llegue - un tanto bajoneada ese día, por cierto- pero son de esas películas que no les das mucha fe y te sorprenden.

 La película es del joven director Benh Zeitlin; filme independiente y de bajo presupuesto que poco a poco toma auge y se está convirtiendo en la película  inesperada del año por su trama tan completa y que cautiva a una audiencia bastante amplia.

 Y es que la trama te atrapa desde las palabras del inicio donde vemos a una “Hushpuppy” (Quvenzhané Wallis), escuchando el  latir del corazón de un pollito.



 Hushpuppy es una niña de seis años que (sobre)vive con su padre en el delta de un río de Luisiana, en donde la triste realidad saca a flote las vivencias de aquellos a los que sólo les quedó el naufragio en la miseria y los lazos de solidaridad comunitarios para sobrevivir.

 La película en sí es el paso de la desgarradora madurez que Hushpuppy se niega a afrontar: la orfandad, a la huida y al olvido. Entre flashback de recuerdos de la figura materna y los reproches desesperados de su padre, la niña saca toda su valentía a flote que la ayudara a sobrellevar el apocalipsis sentimental que le llueve en ese momento.


Pero dejemos el drama de lado, lo que más me gusto fue la increíble naturalidad y calidad interpretativa de Quvenzhané Wallis y como el director utiliza la metáfora de esos enormes ¿Jabalís? salvajes para representar la madurez emocional que se necesita para enfrentar tus miedos y pérdidas.

 Para mí la mejor escena es cuando Hushpuppy se pone de cara frente al jabalí y las piezas de su universo empiezan a encajar y ella deja ya de escuchar y sentir el pulso de los animales para averiguar de qué hablan exactamente.




 Hushpuppy nos dice: Enfrenta tus miedos, solo así puedes seguir. 





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